El pasado mes de febrero nuestro centro recibió la visita de 20 estudiantes franceses de intercambio, así como tres de sus profesores procedentes del Collège Emilie Carles de Ancerville en Francia.

Familias de acogida y profesores recibieron a los estudiantes en el aeropuerto de A Coruña donde se conocieron por primera vez, la aventura no hacía más que empezar. Algunos de ellos comenzaron la experiencia asistiendo a un partido de fútbol en un Riazor entregados animando al Depor, otros prefirieron acercarse a la playa y mostrarles nuestra seña de identidad: el mar.

La semana se fue desarrollando entre las responsabilidades del día a día: asistir a clase, realizar actividades educativas y deportivas… siempre acompañando a nuestros alumnos que, con ilusión, los acogieron en sus casas.

Pero también hubo momentos para hacer actividades diferentes. Todos juntos, alumnos y profesores, visitaron el Aquarium Finisterrae, descubrieron animales marinos por primera vez y se maravillaron con la fuerza del Atlántico. Otra jornada la dedicaron a visitar la Catedral de Santiago de Compostela y sus tejados, atisbaron desde lo alto la ciudad medieval, se perdieron en sus callejuelas, probaron la gastronomía gallega y jugaron a adivinar el futuro de sus carreras profesionales.

La semana se culminó con la visita a la ciudad de A Coruña y el descubrimiento del enigmático faro romano Torre de Hércules y los lugares más emblemáticos del centro: paseo marítimo, calle real, la Marina, ciudad vieja… El broche de oro fue una cena todos juntos en la plaza de María Pita.

Alumnos y profes vivieron momentos divertidos y positivos a lo largo de la semana, tanto los alumnos del Liceo como los estudiantes franceses se esforzaron en practicar francés y comunicarse en español, de lo cual sus profes se sienten profundamente orgullosos. Los estudiantes se esforzaron por participar todo lo posible en las actividades propuestas y mostraron una actitud muy activa y colaboradora.

En definitiva, ha sido una experiencia muy positiva y enriquecedora de donde todos han sacado un aprendizaje. Y por las lágrimas que hemos visto en el aeropuerto el día de la despedida, estamos seguros de que ha sido una aventura de donde surgirá una nueva amistad.

 
Nos vemos en Ancerville.